sábado, 26 de enero de 2008

Utopía Navideña

JUVENTUDES SOCIALISTAS DE SANTA CRUZ DE BEZANA

SANTA CRUZ DE BEZANA SIN BARRERAS

Andrea Serrano Campo

UTOPÍA NAVIDEÑA
(Ganador en categoría 15/22 años)


Nos conocemos desde hace muchos años y desde el principio formamos un grupo de amigas inseparables que compartimos educación en el colegio, gustos por la moda, deportes, hobbies y otras actividades de ocio e incluso alguna salida a la nieve en invierno. Hace unos meses hemos empezado a salir juntas, los viernes o los sábados por la noche hasta una hora prudente.

Muchas veces hablamos de lo afortunadas que somos y aunque unas sean rubias o morenas, altas o bajas, todas entramos en todos los sitios ya sean bibliotecas, cines, bares, exposiciones, museos o lugares públicos, y lo hacemos sin ningún tipo de obstáculo. Cuando hablo de obstáculos me refiere a problemas de acceso, o lo que es peor, la mirada de alguien por el mero hecho de ser de una manera, o como diría mucha gente, por ser diferente o distinto a ellos; yo me sigo preguntando junto con mis amigas el porqué a estas discriminaciones.

La mayoría dice que no hace diferencias sobre los demás, pero solo tienes que mirar a tu alrededor y podrás comprobar que a cada paso que des, o a cada lugar al que vayas, siempre hay alguien tratando a otra persona de manera diferente, haciéndola sentir inferior.

Las diferencias que se hacen a veces no ocurren de manera directa, es decir, que una persona mire mal a otra discriminándola, sino que son más bien que por motivos presupuestarios, se la discrimina por ejemplo no poniendo rampas para facilitar el acceso si trata de una persona minusválida. Sobre esto puedo poner un ejemplo bastante claro: en mi colegio una persona con problemas de movilidad, solo podría estudiar hasta cuarto de primaria, porque para poder acceder a los demás cursos hay que subir escaleras, porque no hay una rampa que le facilite el acceso y solucionar esto solo es posible invirtiendo en ella para su construcción.

También es un claro ejemplo el ayuntamiento de mi municipio, hasta hace bien poco no tenia ni siquiera rampas en ninguna instalación municipal. Por lo menos, ahora ya cuenta con instalaciones que se adaptan a las necesidades de mucha gente.

Pero mi municipio no es solo un ayuntamiento, sino que hay otros lugares y en esos lugares mucha gente no puede entrar, porque el acceso es complicado, al menos que te lleves una rampa tu mismo, lo cual es absurdo porque está bien claro que esa no es la solución, sino que es el facilitar la entrada y como ya he dicho antes se basa en el problema del dinero.

Sé que para mucha gente no va a significar nada pero ya es hora de dejar de hacer diferencias, no solo me estoy refiriendo a la gente con problemas de movilidad sino que voy más allá: cuando vemos a alguien y giramos la cara, solo porque pensamos que es rara o distinta. Por desgracia esto ocurre muchas veces, gente que va por la calle y de repente ve a alguien con la cara llena de cicatrices y rápidamente ya giran la cara y empiezan a hablar de ella cuando ni siquiera la conocen. Puede que esto parezca algo trivial, pero si se piensa con detenimiento, te das cuenta de que no hay razón para juzgarla puede que halla sufrido un accidente y en su rostro hallan quedado secuelas.

Así que en vez de perder el tiempo en discriminar a la gente podíamos aprovechar y recapacitar sobre lo afortunados que somos e intentar hacer que los demás se sientan como uno más por que los son.

No pretendo criticar a la gente pero creo que somos lo bastante maduros para tener las ideas bien claras, solo quiero que esto sea una reflexión ya que en estas fechas la gente parece que se muestra más comprensiva.

Se podría decir que es como una utopía navideña algo que pido o pedimos para estas fechas tan significativas. El mayor regalo que podíamos hacer a aquellos que sufren una discapacidad ya sea física, psíquica o sensorial es conseguir que poco a poco dejen de preguntarse “¿por qué me tratan como si fuera diferente?”. En definitiva todos somos seres humanos.